La diputada nacional de La Libertad Avanza por Córdoba, María Celeste Ponce, compartió en sus redes sociales su bautismo dando testimonio de su fe y conversión a Jesús en el río Jordán, el mismo donde según relatan los Evangelios fue bautizado el Hijo de Dios.

El acto lo realizó la diputada coincidiendo con la gira que el presidente Javier Milei está realizando fuera de Argentina, y que incluye Israel. Al mediodía, estuvo en el Muro de los Lamentos, y luego visitó Jerusalén em una agenda que incluía una audiencia oficial con su par Isaac Herzog.

El lugar exacto del bautismo fue Al‑Maghtas, en la parte jordana del río, un lugar considerado Patrimonio Mundial por la Unesco.

“Hoy morí para renacer en Cristo… Y en ese instante, mi alma entera se rindió a Él”, escribió Ponce, junto a un video en el que se la ve con una bata blanca, como es tradicional en los bautismos evangélicos. Fue sumergida en el agua por los pastores argentinos Fernando y Marcos Brunet, referentes de la comunidad evangélica en el país.

En el posteo, la diputada libertaria citó pasajes bíblicos -Gálatas 2:20 y Colosenses 2:12- y aseguró:

Sellé mi pacto eterno con Aquel que me rescató de la muerte, me limpió, me redimió y me dio una nueva identidad. No soy más esclava. No soy más la que era. “Y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2:20).

Este no es un rito. Es una tumba y un nacimiento. Me hundí para sepultar el pecado, me levanté para vivir en la luz. “Sepultados con Él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con Él” (Colosenses 2:12).

No encuentro palabras para describir la gloria de este momento. Solo sé que lo sentí. Sentí el cielo abierto. Sentí la voz del Padre. Sentí el abrazo del Hijo. “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17)… Y por Él, ahora soy hija también.

Gracias, Jesús, por hacerme nueva. Gracias por llevar mi cruz, por vencer la muerte, por darme tu Espíritu. Te pertenezco. Mi vida es tuya. Todo lo que soy, todo lo que haré, será para darte gloria.

Aquí, en este río sagrado, comenzó mi nueva historia. ¡Dios es real, Cristo vive, y yo soy testigo de su poder transformador!

El hecho no ha pasado desapercibido y generó aplausos y polémica. Mientras desde sectores cristianos la felicitaron y celebraron su “testimonio de fe valiente”, en las mismas redes sociales y desde ámbitos políticos -como no podía ser de otra forma- la criticaron.